jueves, 23 de mayo de 2013

Carta abierta: a una carta abierta

Vanessa:
Leí con ansias y con ahínco tu carta abierta, la respuesta al muy mediático y casi burlesco anuncio veintiunodemayero del Presidente, ese poco pensado bono. Y me he tomado la libertad de escribir esta carta abierta, para darte a conocer mi opinión, y para que otros también puedan discutir de ello. Como es costumbre en el debate de ideas, siempre con una mente amplia y altura de miras, quiero expresarte la visión de hijo de mamá esforzada, aquella que se descrestó por mi bienestar, aquella que sufrió penurias que me gustaría no haber escuchado nunca porque me provocan ganas de matar, aquella madre que, como tú, dan la vida por sus hijos. Quiero contarte lo que pienso yo, como fruto de su endeudamiento, de la falta de oportunidades y el ingenio para salir adelante.

Tengo 25 años. Llevo los últimos 8 en la Universidad, una cara y privada. Me crié en el socialismo, aprendí de economía y hoy creo que el Estado le sirve al Hombre y no al revés. No soy ni de izquierda ni de derecha, porque no viví esa época. Si hablo de la dictadura, me refiero a sus consecuencias o lo que aparece en los libros. No guardo rencor contra el militar, tanto como contra el carabinero que apresa a un niño que marcha o a una mujer que protesta. No creo que hombres y mujeres seamos iguales: somos distintos, y en esa diferencia, ustedes son mejores que nosotros en muchos aspectos importantes -porque hablar de fuerza física es argumentar hace dos siglos, cuando eso era importante. Voto, y voto por lo que la persona dice ser, no a quién dice idolatrar ni qué colores dice portar. Los estandartes de lucha de mi generación son diferentes a los de la tuya, pero no por eso uno es mejor que el otro, ni otro es mejor que el uno.

Te cuento esto, porque creo que representa a gran parte de los hijos de la madre de Chile: aquella mujer que ganaba poco, que no siempre pudo ir a la Universidad, que dejaba de trabajar para estar con sus niños, que caminaba largos kilómetros para no gastar en micro, que hacía lo que tenía que hacer para criar a su hijo.

Ah, criar. Algo que hoy en día se está olvidando. Porque es más fácil tener nana, y tener tele, y tener internet. Pero la caja idiota nos hizo pensar que es mejor ser farandulero y ser una Vale Roth, que estudiar y tener hijos y criarlos y aún así ser una eminencia como Karin Ebensperger. Porque si hablamos de mamás famosas, tenemos a la Tía Sonia, a Cecilia Bolocco, a Cecilia Morel. ¿Y la mamá de verdad, esa que no ostenta el 20% de la riqueza de los chilenos y está presente en el 80% de los hogares? ¿Esa que, con sudor y esfuerzo, nos educa, nos regala su amor, y nos da su vida? Esa mamá es la que cría, la que se pierde en el tiempo, la que parece desaparecer. Y desfallecer.

Esa mamá, hoy en día, tendría las cosas más difíciles que antes. Porque tenemos leyes para no discriminar, pero discriminamos más. Porque tenemos leyes para prohibir, y no nos permitimos más. Porque, la verdad de las cosas, la sociedad ha cambiado, y no creo que haya cambiado tanto para bien como para mal.

Hay muchas cosas que mencionas en tu carta, que me parecen absolutamente lógicas. Por ejemplo: el riesgo de trabajar para una mujer es mucho mayor que para un hombre. Porque somos una sociedad machista, anacrónica, anticuada, a la mujer la ponemos constantemente a prueba. Y ella se desgasta más. Y hace una mejor labor. ¿Por qué pagarle menos, cuando vale más?

Hay cosas en las que no concuerdo del todo. No es sólo a la madre soltera a la que le cuesta conseguir un crédito para emprender, sino que a los jóvenes también. Sobre todo, cuando somos tecnológicos y hacemos cosas que el ejecutivo del banco no entiende. Hablemos de startups chilenas, y nos damos cuenta que, en verdad, estamos a años luz de donde decimos estar. Con programas de la CORFO incluídos, y todo.

Y hay cosas en las que, derechamente, discrepo. Así como la política, la economía es un arte que trasciende a su propio campo, y se aplica en todo. Evidentemente la maternidad es una decisión económica, además de financiera, social, cultural, personal, de género y más. Y lo es porque implica otras acciones y decisiones económicas: cómo alimentar al hijo, dónde educarlo, cuánta libertad darle y cuánto del mundo mostrarle. La realidad es que, en todo orden de cosas, todo es posible mirarlo desde el prisma de la economía.

Sin embargo, hay cosas que es difícil equilibrar. Queremos una sociedad que fomente el estudio y la formación académica, pero también queremos todos ser universitarios y profesionales y trabajar en lo que estudiamos y trascender en la historia empresarial. Y, la verdad, no todos pueden. Yo sé que hay personas más capacitadas que yo para haber estudiado donde estudié, para trabajar donde trabajo y para  muchas más cosas. Y las oportunidades las deben tener, y para eso trabajo y me educo y trato de educar a los demás: la ley del 1+1 = 3. Para eso, hay que hacer política. Hay que hacer economía. Hay que formar y formarse. Es imperativo.

Y hay cosas que nunca vamos a cambiar. Alguien va a gobernar, y nosotros vamos a ser los gobernados. La política va a ser una actividad reactiva, y la sociedad va a ser propositiva. Pero, para que ello sea mejor, es imprescindible que alcemos la voz.

Leí que eres mamá. Y, como te conté, yo soy hijo. Hay que alzar la voz por lo que es justo: condiciones laborales, condiciones de vida, condiciones educacionales. Condiciones de todo tipo. Y, para eso, nosotros tenemos que poner nuestro grano de arena: eduquemos, aprendamos, toleremos, crezcamos. Los regalos no son malos ni buenos. Simplemente son. Un bono es la única forma que un estado tiene de fomentar una conducta (y un impuesto, su forma de desincentivarla). Y si nos volvemos un país de viejos, ¿quién va a pagar nuestros impuestos? ¿Quién va a construir nuestras casas? ¿Quién va a ayudarnos a cruzar la calle? Por eso la maternidad es una decisión económica: si no podemos perpetuar nuestro apellido, difícil que podamos mantener un país. Y no me refiero a mantenerlo como aportando al Fisco, sino mantenerlo como perpetuar este maravilloso terreno, lleno de maravillosa gente, y con esas mamás maravillosas que dan lo que no tienen por sus hijos.

La verdad, espero poder entregarte mi punto de vista. Espero con ansias el tuyo al respecto.
Sinceramente a tu disposición,
Javier.

5 comentarios:

  1. No pude comentar en la otra carta, por lo que lo haré aquí... obviamente que lo señalado por Vanessa está basado en años de decepción y que en fin de cuentas representa miles de buenas mujeres, MADRES de sus hijos; no obstante, esto es algo que se arrastra desde hace mucho tiempo la culpa no es solo de este gobierno y aunque Bachelet asuma no creo que cambie, porque es algo que tiene que cambiar vertical y horizontalmente en toda la sociedad, así que no culpemos a la derecha o quizás a la Izquierda, porque en sus totalitarismos las madres también sufren, donde la "esclavitud" ataca al punto más débil que son las mujeres que intentan criar a sus hijos, aunque no olvidemos que también existen padres que aunque sean menos se esfuerzan por ellos...

    ... aun vivimos en un mundo donde no tener hijos es ser un bicho raro, yendo más allá del llamado natural de la maternidad/paternidad lo que es causado por la necesidad de independencia de la mujer, luchando por sus derechos y su igualdad, lo que las hace ser de cierta forma más individualistas y por lo mismo la consecuencia es que los países envejezcan... con mi señora me encuentro en el mismo dilema porque apoyo su independencia... sin embargo, como tu dices alguien tiene que alimentarnos cuando envejezcamos y esas son las nuevas generaciones, pero que hacer cual es el equilibrio... un cambio radical en la sociedad.

    ... afortunadamente o no, en el ambiente/campo laboral y profesional que me desenvuelvo las mujeres y hombres trabajan por igual y ganan lo mismo y no veo que ellas o ellos sean mejores, ojalá que eso trascienda a todas las esferas social que existen, puesto que no creo que unos sean superiores o inferiores a otros al final de cuenta existe espíritu y convicción que es lo que realmente hace la diferencia, sino fuera por ello no existirían Sor Teresas de Calcuta o Ghandis... y en el tema puntual de la crianza el machismo debe retroceder y entender que un hombre no ayuda a criar los hijos sino que los debe criar en conjunto con su mujer... quizás pienso así porque no crecí bajo el alero de una mujer y he conocido muchos hombres fuertes como mi abuelo, y por lo mismo no las miro con una cuasi idolatría pero si con respeto, afortunado o no, eso me enseño a ser más integro, a ver la vida de otra forma y quizás en consecuencia en construir de igual a igual mi futuro con mi mujer, aprovechando las habilidades de cada uno...

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    1. Muchas gracias por tu comentario, José. Tienes puntos muy interesantes, y creo que tienes razón en varios, pero me quedo con lo que más que queda dando vueltas: "alguien tiene que alimentarnos cuando envejezcamos y esas son las nuevas generaciones, pero que hacer cual es el equilibrio... un cambio radical en la sociedad".

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  2. Estoy 100% de acuerdo contigo Javier. Lamentablemente yo no tengo el don de la escritura, pero sé que si pudiera hilar mis ideas de la forma en que tu lo haces, hubiera escrito algo muy parecido a tu carta abierta. Te felicito ...me imagino lo orgullosa que debe estar tu mamá de ti. Gracias por compartir tu carta abierta.

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    1. Gracias por tu comentario :) Es parte de la labor de los hijos: hacer que tu mamá se sienta feliz todos los días, y orgullosa siempre de ti.

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  3. Sin duda tus palabras llegan muchisimo, creo que lograste plasmar muy bien lo que hoy en dia se vive. No soy madre aun, pero veo a mi madre sacrificarse dia a dia,con esa garra unica que las hacen tan especiales. Ser madre tambien es una opcion, hoy en dia las mujeres optamos a ser profesionales, trabajadoras y ser mucho mas independientes, y va quedando un poco atras el ser madre. Es una decisión muy personal el querer serlo, donde nadie tiene el derecho de ofrecerte dinero para traer hijos al mundo, como si fuera tan facil, como si con eso podriamos alimentar y criar a un niño... Gracias por compartir tus palabras...

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