sábado, 27 de abril de 2013

Última fila: Segundo


Ultima fila: los peores discos de mi vida

Cuando hablo de música con mis congéneres, con mis pares, con gente que conozco o que nunca conoceré, pocas veces menciono que me gustan una cantidad ingente de discos malos. Malos. De esos que ocupan espacio en mi disco duro y todavía no sé por qué. Quizás escribir al respecto me haga entenderlo.
Corre el año 2007. Robotech fue estrenada hace 20 años. Shadow Chronicles (la última entrega de Robotech) había sido estrenada el año pasado. Yo, personalmente, era casi un mechón en la universidad. Y de esto, nada es realmente relevante.
Excepto que, ese año, Michael Bradley lanza su primer disco: Lonely soldier boy.
Si usted es un fan hardcore de Robotech, debiera saber que Bradley es la voz detrás de Lancer o Yellow Dancer, de la tercera temporada, la que tenía los Invids. También, si es melómano de corazón y/o muy viejo, podría llegar a recordarlo de la banda Paul Revere & the Raiders, de los 60's-70's-80's. Yo sé que lo conocí con Lonely soldier boy, el tema homónimo del disco en cuestión, en Robotech, ya de muy grande.
Y este disco, Lonely soldier boy, es un disco que se compone exclusivamente de canciones compuestas para Robotech, pero arregladas no para la serie, sino para el gusto de Michael. Y Micky, la verdad, hace un buen trabajo con un pop comercial, buenos riffs, canciones con estructura de hit, pero la verdad de las cosas, es que tiene muy poca sustancia musical. Sí, las canciones de Lancer son buenas, y el himno de Robotech primera temporada, We will win, puede emocionar. Siempre y cuando, la cante Lynn Minmay. La versión lenta, fúnebre y muy de cuerdas del tío Micky, en verdad, no da el ancho para lo que quiso hacer.
Si eres un nostálgico de los varitech, de la actitud bien perra-esca de Minmay, del romanticismo sin fin de Lisa Hayes, o de Rick Hunter, el disco te va a tincar. Si no, ni siquiera te vas a dar cuenta que lo estás escuchando. Es así de transparente. El quiebre de verdad viene cuando te das cuenta que todo esto es lo que debió estar en Robotech, 20 años antes. Y que es lo que quedó de Robotech, 20 años después.
Si lo ves así, en verdad es sólo un disco triste. Muy, muy triste.

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